Cada noche, mi corazón se aflige por el hecho de que no te tengo.
No te tengo para que descanses sobre mi pecho.
Mis sábanas te extrañan aunque nunca estuviste sobre ellas, pero más te extraña mi cuerpo por el calor que una vez quiso obtener de ti.
Y, queriendo poseerte, sedientos están mis sueños de que tú aparezcas en ellos, porque al menos cuando mis párpados cierro, en ese momento sí te tengo entre mis besos.
(via caata-caata)
“No hablemos de amor, eso está ya muy sobre valorado. No hablemos de querer, eso conlleva mucho egoísmo. Hablemos del principio, hablemos de las primeras miradas, de no saber si bajar la mirada o mantenerla desafiante, hablemos de la sonrisa que aparece cuando ves a esa persona, cuando la recuerdas, o simplemente oyes su nombre. Hablemos de esos nervios al saber que en un rato le veras, hablemos de ese momento tan agridulce de no saber que hacer, que sentir, si negarte a lo evidente o lanzarte al vacío sin ninguna seguridad de que estará abajo para cogerte. Hablemos de esas primeras veces donde todo es perfecto, donde quieres gritar ‘basta’ y que la Tierra deje de girar y que el tiempo no transcurra. Hablemos del primer beso, de ese primer tímido beso en el que uno de los dos se decide a dar el primer paso. Hablemos de esas horas recordando cada minuto a su lado y en que segundo pasó todo, hablemos de cada segundo que te sostuvo la mirada cuando los minutos parecían que iban a pararse y ser feliz durante horas. Hablemos de todo eso pero no hablemos de amor, joder.”— hablandoconlasestrellas
(via hablandoconlasestrellas)